A medida que mi mente se va deteriorando, invento trucos para no olvidar tomar mis medicinas. Uno de esos es poner mis cereales del desayuno (¡qué voy a hacer, soy inglés!!) en una cuenca la noche anterior, cubrir la cuenca con un plato, y poner la medicina que tengo que tomar antes de comer encima del plato. Así que, por las mañanas, no puedo tomar mis cereales sin haber visto la medicina. Cojonudo, ¿no?
Pues acabo de encontrar (unas horas después de desayunar) el plato con esta y otras medecinas puesto cuidadosamente al lado de donde antes se encontraba la cuenca con los cereales...
Y ayer me tragué felizmente con zumo una de las pastillas (para ayudarme a respirar) que debía haber inspirado por un artilugio que la aplasta y libera el polvo para inhalar.
Y tengo la distinta impresión de que debéría haber ido a dar una clase hace una hora...
La vida se hace mucho más interesante con la edad...
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2 comments:
¡Di que sí!
Atentamente,
Cris.
He dicho que sí... ¿y ahora?
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